viernes, 30 de diciembre de 2011

Áuryn

Me detuve al borde del precipicio con la respiración todavía agitada, y observé el espectáculo que se desarrollaba a mis pies. 
Ya me habían advertido contra aquello pero hay mucha diferencia entre imaginar algo y verlo con tus propios ojos. 

Recuerdo aquel día como si fuese ayer. Aquellas tres extrañas criaturas que se hacían llamar trolls de la corteza se acercaron a mi, respetuosos ante el signo de la Emperatriz Infantil que pendía de mi cuello. 

- Eres la enviada a la Gran Búsqueda ¿Verdad? – Chirrió uno de ellos 

Retrocedí ligeramente al darme cuenta del lastimoso estado de los tres seres. A uno de ellos le faltaba las piernas y la parte superior del cuerpo, de manera que tenía que andar con las manos. El segundo tenía un enorme agujero en el pecho por el cual se podía mirar, y al último le faltaba la parte izquierda del torso. 

- No te asustes de nuestro extraño aspecto – Dijo el del agujero en el pecho – Hemos sido victimas de la Nada. Venimos a avisarte. Se está extendiendo rápidamente y has de guardarte de ella pues si te alcanza, tu misión fracasará. 

- Pero – Pregunté asombrada - ¿Qué es exactamente la Nada? 

- La Nada – Murmuró apesadumbrado el que andaba con las manos – Es la Nada. No se puede explicar, sólo se puede ver, o no ver en su caso. Devora a las criaturas a las que ataca. No duele, el proceso es lento y progresivo. Vas notando que te falta algo y cada día te falta algo más. Pronto no existiremos ya. 

Esas palabras resonaron en mi mente mientras contemplaba aquel horror. 

Las copas de los árboles más cercanos tienen la copa verde pero, más adelante, los árboles parecen haber perdido el color. Un poco más lejos, el bosque se hace extrañamente nebuloso, transparente, irreal. 
Y detrás no hay nada, absolutamente nada. No es un lugar pelado, un claro en el bosque, ni una zona oscura ni tampoco clara. Es algo insoportable para los ojos y que produce la sensación de haberse quedado ciego. Porque no hay ojos que aguanten el contemplar una Nada total. 

Una extraña comitiva de seres dementes se acercan a la Nada y, de golpe, como si fueran hojas secas arrastradas por un golpe de viento, saltan a ella. Con horror observo que, sin la protección del Pentáculo, en una oscura telaraña atrapado, me siento irresistible e irremediablemente atraída hacía ella también. 

- Maldita araña Ygrámul – Pienso con amargura mientras me precipito al vacio. 

Algo detiene mi caída, una garra unida a una pata cuajada de escamas de color madreperla. La característica risa como el repique de una campana de bronce resuena en mis oídos mientras que el dragón de la suerte me deposita suavemente sobre su lomo. 

- Parece que llegué a tiempo – Ríe burlón - ¿A dónde tenemos que ir ahora? 

- Hay que buscar a Uluyaya 

Tras un largo vuelo y enfrentar mi imagen en el espejo de las Tres Puertas de las Esfinges, la presencia musical de Uluyaya embarga mis sentidos. 

- Bienvenida seas del modo más serio 

Soy Uluyaya, la voz del silencio, 

Voz del Palacio del Profundo Misterio 



- Hola Uluyaya bien sabes quién soy 

Una pregunta he de hacerte y precisa de respuesta hoy 



- Uluyaya es respuesta, ¡Debes preguntarle! 

Si no le preguntas ¿Cómo reprocharle? 



- Cómo librarnos de nuestro mortal enemigo? 

A responder ahora yo te conmino 



- Todos estamos enfermos 

Y con nosotros el reino fantástico 

La noche traga al que duerma 

Y también lo que nos es más básico 

Iremos a Nuncajamás 

Como nunca hubiéramos ido 

Tenemos que realizar un esfuerzo más 

Y con el volverá su sentido 


Oye ahora la palabra mía 

Aunque no la entiendas ahora 

Guárdala a partir de este día 

Y prosigue tu camino en buena hora 

Al llegar el momento adecuado 

Búscate por el Mar Olvidado 

Muéstrate como eres, como suenas 

Otra vez a la luz y a los vientos 

Sólo tú con palabras serenas 

Lograrás aliviar tus tormentos 



- ¡Quiero hacerlo! Y lo diré sin tropiezo, 

Pero contesta Uluyaya ¿Cuándo empiezo? 



- Eso debes resolverlo, 

Puesto que ahora ya sabes 

Y por eso, para hacerlo, 

Lo mejor será que acabes 


La Nada llegando está 

Y los Oráculos callan 

La voz enmudece ya 

Y sus sonidos estallan 

De todos los que vinieron 

Hasta este bosque de piedra 

Y estos sonidos oyeron 

Serás tú la que no se arredra 

Quizás puedas conseguir 

Lo que pocos han conseguido 

Pero si quieres seguir 

¡Recuerda el canto dormido! 



Esto fue lo último que escuche del Oráculo. El silencio me envolvió como un manto blanco y pesado y me dormí. 
Al despertar, estaba envuelta en el crepúsculo matutino. Yacía de espaldas mirando al cielo mientras que las últimas estrellas palidecían. La voz del Oráculo resonó en mi recuerdo y, al mismo tiempo, recordé todo lo que me había dicho y cuál era la finalidad de mi Gran Búsqueda. 

Corrí hacia Fújur – Ya se en qué consiste la Gran Búsqueda. He de buscar mi verdadero Nombre. 

Su voz de campana retumbó - ¿Por dónde debemos de empezar? – Preguntó mientras que me acomodaba en su espalda 

- Por todas partes y por ninguna, querido Fújur – Respondí mientras que se elevaba hacia el cielo azul. 

El sol matutino arrancaba dorados destellos de Áuryn, que volvía a pender de mi cuello. 
‘’Haz lo que quieras’’ Susurró 


Kira =^.^= 


'' Sólo su verdadero nombre hace reales a todos los seres y todas las cosas. Un nombre falso lo convierte todo en irreal. Eso es lo que hace la mentira. ''

- Emperatriz Infantil, La Historia Interminable, Michael Ende  -



martes, 13 de diciembre de 2011

Paseo

La esencia del paseo, caminar por placer, ir a todas partes y a ninguna, llegar a todos los lugares y no llegar nunca. La gente presurosa a ambos lados, ceños fruncidos de preocupación mientras que tu risa despreocupada restalla en mis oídos, chispa de vitalidad en mi corazón.
Caminar, caminar sin rumbo, cruzando la carretera, entre humo y ruido de coches, cambiar con frecuencia de acera con hilaridad. No andar en línea recta, pisar cada tramo de acera, saltar las rayas, sentarte en los escalones con tranquilidad.

Vagar contigo a mi lado, atravesando calles, plazas, monumentos. Turistas perezosos, ejecutivos presurosos, olor a café recién hecho, tu mano en la mía me ata a tu realidad. Me sueltas momentáneamente, para retirarme el flequillo, impaciente tiro de tu mano hacia abajo otra vez… -¡Usa la otra mano y no me sueltes!- Ordeno como niña pequeña enfurruñada, una sonrisa radiante baila en tu cara.

Y correr y oírte detrás, intentando alcanzarme pero a la vez dejándome ganar, protestas vehementemente pero al final me dejas llegar primera, un beso será tu recompensa. ¿A dónde me dejas llegar primera? A ningún lugar, a todos, al extremo de la calle, al confín del mundo, la esencia es llegar, antes o después, pero mejor que sea después puesto que…

No quiero que este paseo acabe jamás.

Kira =^.^=


''No todos los tesoros son de oro y plata''

- Capitán Jack Sparrow -

miércoles, 30 de noviembre de 2011

Cheshire

Me desperté en la sala de suelo ajedrezado. La habitación no tiene ventanas pero si miro hacia arriba se distingue el lejano brillo del sol. En la ornamentada mesita de en medio, se encuentra como de costumbre, una tetera humeante y una bandeja con dos pasteles. Me sirvo una taza de té y la bebo arrugando la nariz ante su amargo sabor. 


Veo aumentar el tamaño de las cosas a mi alrededor (¿O soy yo la que encojo?) y avanzo hacia la pequeña puertecita, situada en una de las paredes de la sala. Del colgante que llevo al cuello, cojo una llavecita dorada y la introduzco en la cerradura. Atravieso la puerta y esta se cierra sola detrás de mí. 

Cuando me giro, atrás ya no se encuentra la habitación ajedrezada, sino que estoy en las lindes de un frondoso bosque. Una fina columna de humo color índigo se eleva por encima de las copas de los árboles. Me encamino hacia el centro del bosque y me encuentro delante de una gigantesca seta de colores brillantes. Encima de ella está mi amiga La Oruga. 

- Hola – Saludé - ¿Sabes dónde está el Gato? 

- Entiendo que quieres decir que en qué lugar se encuentra en este preciso momento el Gato ¿No es así? – Espetó La Oruga dando una calada a su narguile. 

- Umm, pues eso es lo que te he preguntado ¿No? 

- No – Respondió La Oruga – Has preguntado que si sé dónde está El Gato. La respuesta a esa pregunta podría ser que está aquí, allí, en este mundo, en esta realidad, miles de opciones según el punto de vista. Sin embargo, deduzco que quieres verle por lo cual buscas el sitio concreto en donde se encuentra. 

- Emm, bueno si, lo que tu digas. ¿Sabes en qué lugar se encuentra en este preciso instante? 

- No – Dijo con indolencia La Oruga 

Furiosa, proseguí mi camino en búsqueda del Gato. Al poco de caminar, me encontré con el familiar sendero que lleva a la casa del Sombrerero. Allí, celebrando de manera ruidosa como de costumbre un No-cumpleaños, se encuentra el Sombrerero y la Liebre de Marzo. En una de las esquinas de la larga mesa del centro, flota etéreamente el Gato de Cheshire. 

- Hola Gato, te andaba buscando. 

- Pues ya me has encontrado – Respondió él – Eso si en realidad soy el Gato y no una trampa de la Reina Roja para atraerte hasta aquí. 

- Dudo que seas una trampa, pareces muy real. 

- Querida, si fuese una trampa, estaría diseñada para no parecer una trampa. Una trampa que parece una trampa pierde toda su finalidad lógica, ya que sabes que es una trampa y no te acercas, digamos que se convertiría en una No-trampa porque no cumpliría la misión para la que fue creada y, por tanto, no sería una trampa. Una trampa que no parece una trampa te haría caer en ella y, por tanto, cumpliría su principal objetivo. Podríamos decir entonces que todo en el mundo podría ser una trampa, menos las trampas que aparentan ser trampas, que puede que no sean trampas. Vivimos en un mundo peligroso querida niña. 

- Emmm pues sí, creo que tienes razón. ¿Cómo me podría cerciorar de si eres una trampa o no? 

- La respuesta es fácil, tienes la opción de irte y, por lo cual si soy una trampa, no caerías en ella, no cumpliría mi misión y me convertiría en una No-trampa, por tanto dejaría de existir y no tendría sentido que me buscases más. Si te vas y no era una trampa, pierdes la oportunidad de hablar conmigo. O también puedes acercarte y comprobar si caes o no en alguna trampa. En el caso de que cayeses, soy una trampa que no parecía una trampa, lo cual es malo para ti. En el caso de que no cayeses en nada al acercarte, deduciríamos que, ni parecía una trampa, ni soy una trampa lo cual es bueno para ti porque sería muy raro caer en una trampa que no es una trampa ¿No crees? En todo caso, creo que tu mejor opción es arriesgarte. 

Me acerqué al Gato con un poco de recelo pero no sucedió nada. 

- Bien querida, ya hemos comprobado que, por lo menos por ahora, no soy una trampa –Sonrió burlón- ¿Qué se te ofrece? 

- Bien Gato, tengo una pregunta que hacerte. ¿Cómo sé cuando estoy dormida y cuando estoy despierta? ¿Cómo puedo diferenciar la realidad de los sueños? 

- Difícil cuestión sin duda –Respondió El Gato – Pues la verdad, es que creo que es imposible. 

- Pero verás, sabes que vivimos entonces entre esos dos mundos, el de la realidad y el del sueño. Si en uno de ellos me dicen que el otro es el del sueño ¿Debo creerlo? 

- Si en el mundo que tú llamas el del sueño te dice que el otro es el del sueño, ¿Debes creer eso? 

- Pues no, ¿Por qué tengo que creer eso si es mentira? 

- Pero ahí radica la cuestión. Si no sabes cuál es el sueño y cuál es la realidad, en cualquiera de los dos mundos en que alguien o algo te diga que el otro es el de sueño, ¿Cómo creerle si no sabes si te encuentras en el sueño o en la realidad? 

- Umm – Reflexioné unos instantes – Tienes razón aunque eso no ayuda a saber en cuál de los mundos me encuentro en cada momento. 

- Realmente – Dijo El Gato – No creo que sea posible saberlo con certeza. Debes de elegir. 

- ¿Elegir? 

- Sí, debes de decidir cual mundo será para ti el real y cuál será el del sueño. 

- ¿Y si me equivoco? 

- No podrás saber si estás equivocada, ya hemos quedado en que no puedes saber cuál es el real y el del sueño con certeza. Aunque también te digo que me disgustaría mucho ser parte de un sueño, la verdad. Me gusta existir. 

- A mí también me gusta que existas, Gato. Ya lo he decidido, está será la realidad, me caes bien. 

- Buena elección – Dijo El Gato mientras que se desvanecía en el aire – 

Me despertó el chirrido de la puerta metálica al abrirse. La luz del sol se filtraba entre los barrotes de la ventana, dando a mi pequeña habitación una tonalidad grisácea. La enfermera entró y me desató las correas. 

- Hora de la medicación – Dijo amablemente 

Me puso en la mano un vasito que contenía varías pequeñas píldoras de colores. Lo cogí y obedientemente me las tomé. Le enseñé la boca abierta a la enfermera que asintió con aprobación, me enganchó de nuevo las correas y se marchó. Me acerqué a la ventana y tiré las pastillas al patio, un arcoíris reluciente bajo el brillo del sol. La risa burlona del Gato resonaba en mis oídos. 

- Estoy soñando - Pensé

Kira =^.^= Dedicado a Eva María López

''Muchas veces habrás podido ver a un gato sin sonrisa pero nunca a una sonrisa sin gato''

- Gato de Cheshire, Alicia en el País de las Maravillas, Lewis Carroll -


viernes, 25 de noviembre de 2011

Mimo

Camino por la calle sumergida en mi gris monotonía, caos, gente, humo y ruido. De repente, unas coloridas notas se cuelan en mi mente, primero dubitativamente, como si pidiesen permiso, luego con seguridad van apartando mis inconsistentes pensamientos hasta hacerme buscar su origen.

Este esta a escasos metros, en una plazoleta ajardinada, que asoma entre dos altos edificios como si un gigante la hubiese encajonado entre ellos a presión. Un chico larguirucho toca una alegre melodía con una flauta mientras que un mimo a su lado representa la típica parodia de bajar y subir escaleras.

Durante unos minutos lo observo pero recuerdo que tenía cosas que hacer y me giro para marcharme. Por el rabillo del ojo capté un fugaz movimiento y, al volverme, me encuentro justo de frente al mimo, el cual hace como si tuviese una pared enfrente. Cuando levanto la mano para retirarme un mechón del flequillo de la cara, el mimo realiza el mismo gesto. Hago varios movimientos y, absorta, observo como el mimo hace lo mismo que yo pero a la inversa, como si me estuviera reflejando en un espejo. Un escalofrío me recorre la espina dorsal, el extraño comportamiento del mimo capta toda mi atención, haciendo que todo lo demás sea nebuloso e irreal.

Cuando recupero el dominio, el mimo esta en su lugar original entreteniendo a unos críos que celebran con risotadas sus ocurrencias.

Aturdida, sigo mi camino. La gente pasa a ambos lados sin mirarme. Una chica choca contra mí y se le cae una bolsa, el contenido se desparrama por el suelo. Cuando voy a agacharme a recogerlo, algo me lo impide. Es como... una barrera invisible. La chica termina de recoger y se marcha apresuradamente. No me puedo mover, estoy atrapada en esta jaula invisible. Abro la boca y grito pero mis cuerdas vocales no producen ningún sonido. El mimo me mira con tristeza y menea la cabeza. ''Bienvenida a mi mundo''

Kira =^.^=


'' Sigue la locura, ¿Sabes lo que es real?''

- Nightwish; Storytime -


sábado, 12 de noviembre de 2011

Elección

Ya lo dicen en libros y manuales, el coste de elección es grande. Elegir producir cierta cosa implica rechazar producir otra, esto es así, no se puede producir todo lo que queremos con unos recursos limitados. 

Esta teoría se puede aplicar también cotidianamente. Todos podemos elegir, y elegir es perder algo. Sin embargo, en cuanto lo pierdes, no lo eches de menos. Recuerda el porqué de tu elección, si no, no serías consecuente con tus decisiones, tu palabra no tendría validez ninguna, a menos que… 

Te hayas equivocado. 

En ese caso sólo te queda pensar que ese algo no debió ser lo suficientemente bueno como para mantenerlo, no fue lo mejor para ti, intenta convencerte aunque no sea verdad, aunque sepas que estas equivocada, aunque tu elección haya sido errónea. 

Piénsalo y convéncete, aunque te cueste, aunque sea difícil, aunque al final no lo logres, porque ya has elegido. Y a pesar de que cometas un gran error, a pesar de que tu decisión te destruya a ti misma, no suele haber vuelta atrás...

Kira =^.^=

''La falsedad abunda en un mundo de imperfecciones, donde lo más perfecto, es aceptar lo imperfecto''

- Francisco Javier Serrano -

martes, 8 de noviembre de 2011

Un te quiero...

Fue un te quiero lanzado, inesperado, sorpresivo, fugaz. Fue bonito, vergonzoso, con ojos huidizos mirando al suelo empedrado. Un te quiero plagado de sonidos y silencios, de trinos de pájaros y de crujir de ramas mecidas por el viento, el sonido del agua cantarina al caer de la fuente, los críos gritando tonterías a lo lejos. Fue azar, más allá de la coherencia, de la confusión, del espacio, del tiempo, del día, de la noche, de la luz, de la oscuridad, de mente, de espíritu. Fue lo más hermoso, imborrable por siempre jamás. Y lo mejor, lo mejor fue…

Tu voz diciéndome que tú también.

Kira =^.^=
''Memorias, agudas como navajas 
Perforan en la carne hoy 
El suicidio del amor se llevo todo lo que importa 
Y enterró los restos en una tumba no marcada en mi corazón''

- HIM: Killing loneliness -

miércoles, 2 de noviembre de 2011

No olvides quién eres

Sentada en un cómodo butacón frente al fuego, me paso el filo de la lengua por el borde de mis afilados colmillos pensativa. Me gusta mirar el fuego, de la misma forma que a los humanos les fascina observar todo aquello que puede destruirles, sin embargo, yo soy invulnerable a prácticamente todo, sólo las llamas puede destruirme. 

Los maderos empiezan a chisporrotear y el fuego arde con más fuerza. Observo fascinada como las chispas trepan por la pared de la chimenea, como pequeñas salamandras que buscan una salida. He vivido durante siglos y, sin duda lo mejor de la inmortalidad, es la gran cantidad de libros que puedo leer. Irónico ¿verdad? Sin duda, un humano al cual se lo concediera tal don o maldición, pensaría en miles de cosas que podría hacer y entre ellas probablemente no estaría leer muchos libros. Sin embargo, la cosa cambia cuando realmente la tienes (la inmortalidad) y te cansas de vivir. Acumulas miles de experiencias, te hacen daño, sufres, ríes, lloras. Te alegras, te lamentas, te entristeces y te recuperas. ¿Por qué no lo ibas a hacer? Dicen que el tiempo lo cura todo, ja, ja, ja, muy buena la broma. 

El problema de eso, es que no concedes a las experiencias el valor que realmente poseen. Como cuando deseas tener algo con mucha intensidad y luego lo tienes en abundancia. Te acostumbras a tenerlo y ya no te parece tan especial, no lo cuidas con el mismo mimo que antes. Lo único que si es especial son las relaciones con los humanos, cada segundo se atesora puesto que sabes bien que puede ser el último. Eso es lo único que me hace sentir algo, el resto del tiempo estoy vacía como una cáscara, en la compañía de mis libros, ellos son lo único que perdura… 

Las llamas danzan y van adquiriendo una tonalidad verdosa que da a las paredes de piedra un aspecto enfermizo. Sobresaltada fijé la vista en ellas y observé que en el centro del hogar se formaba con lentitud una forma. Era un rostro atemporal, que parecía poseer en el toda la intensidad del rojo que había perdido la verdosa llama. 

Con curiosidad (¿Por qué iba a tener miedo?) me acerqué pero manteniéndome a una distancia prudencial. Las quemaduras en mi especie son muy dolorosas y tardan en curar. El rostro habló con una voz crepitante, como el crujir satisfecho de las llamas. 

- ¿Te arrepientes de algo en la vida realmente? – Me preguntó 

- Pues… - Reflexioné unos breves segundos – A veces, de algunas cosas es posible, como por ejemplo, de ser como soy. Sin embargo, todo tiene su lado bueno y su lado malo. 

- ¿Tú crees que si no te hubiesen sucedido algunas cosas en tu vida serías más feliz ahora? 

- Bueno… quizás sí 

- Pues te concedo un deseo por así llamarlo – Habló el rostro – Aquellas experiencias que te gustaría que no hubiesen pasado nunca, por el sufrimiento que te provocaron o porque su recuerdo te torture, podrás olvidarlas. Será como si nunca hubiese pasado. ¿Qué me respondes? 

Me lo pensé durante un buen tiempo, la cabeza en las llamas no parecía tener ninguna prisa por marcharse ni yo curiosidad por saber realmente que era ese ser. 

- Bueno – Dijo tras largo rato - ¿Qué te parece, aceptas o no? 

- La verdad que suena bien… 

- Claro que sí – Replicó satisfecha 

- Pero no lo acepto 

- ¿No? – Exclamó sorprendida - ¿Por qué no? 

- Todas esas vivencias, me hacen ser como soy, me hacen pensar como pienso, conforman mi carácter y mi personalidad. Si desaparecieran, ya no sería yo, sería otra persona y yo, soy yo y me gusta tal y como soy, por mucho sufrimiento que me causen mis recuerdos. 

- Como quieras –El rostro parecía enojado 

Desperté con un cabeceo y miré al fuego asustada. Las llamas volvían a tener su color habitual. Sin embargo, me sentí inquieta. Los vampiros no dormimos. Nunca. Jamás. 

Quizás haya otras cosas a las que temer aparte del fuego…

Kira =^.^= Dedicado a cierta persona que se cree que cuando miro a la chimenea, me estoy durmiendo, pues no, que estaba pensando en esto, ala.


'' Vivir es perder ''

- Stargate Universe -

viernes, 28 de octubre de 2011

La caminante

El camino se extiende ante mí y yo avanzo sin temor. Cruzo verdes valles, escarpadas montañas, agrestes parajes. Exuberantes bosques, cantarines arroyos, lúgubres pantanos.

A veces el camino es un simple sendero de tierra apisonada que, en ciertos lugares, el viento ha borrado. En otras ocasiones, es una amplia calzada, asfaltada cuidadosamente. A veces es pedregoso y a veces es llano. A veces es fácil de seguir y a veces cansado.

Pero yo sigo adelante sin vacilar y sin sentir mi ánimo decaer. No tengo constancia del paso del tiempo pero, tras un largo caminar, avisto las puertas de una gran ciudad. No bien la he alcanzado, empieza a llover. El monótono tintinear del agua contra el empedrado de la calle resulta desagradable a mis oídos, embotados del silencio de la calle. Me siento como si fuera la última persona sobre la faz de la tierra, ilusión rota por el lejano llanto de un bebé. El viento, perezoso, remueve ligeramente las hojas de los árboles, mandando gotitas heladas en todas direcciones que se entremezclan con la lluvia. El sonido de mis pasos sobre los adoquines produce un curioso contrapunto con el borbotear del agua que, en pequeña cascada, cae del caño de una vieja iglesia.

Por fin avisto la salida de la ciudad, enmarcada por un ceñudo arco que atentamente me vigila mientras que me alejo del opresor sonido de la lluvia en la piedra. Progresivamente, este es sustituido por el tintineo de la lluvia sobre la jugosa y fresca hierba que rodea el camino.

Nuevamente el sendero se extiende ante mí, parece saludarme con la alegría del reencuentro con un viejo amigo y yo, sin más dilación prosigo mi viaje. Cruzo verdes valles, escarpadas montañas, agrestes parajes. Exuberantes bosques, cantarines arroyos, lúgubres pantanos. Y a pesar de que el camino a veces es de tierra apisonada y a veces una amplia calzada, a pesar de que en ocasiones es pedregoso y otras veces es llano, aunque en ocasiones es fácil y otras veces es difícil, avanzo sin temor y sin vacilar, sin sentir mi ánimo decaer. A fin de cuentas, es mi propio camino y, ¿Quién sabe qué maravillas me esperan al final?


Kira =^.^=

''El Camino sigue y sigue
desde la puerta.
El camino ha ido muy lejos,
y si es posible he de seguirlo
recorriéndolo con pie decidido
hasta llegar a un camino más ancho
donde se encuentran senderos y cursos.
¿Y de ahí adónde iré? No podría decirlo''

- J.R.R Tolkien - 


sábado, 8 de octubre de 2011

No soy como tú

Y corrí, corrí alejándome de todo, de todo el dolor, de la incertidumbre, de la certeza del daño causado, de mi misma. Corrí hasta acabarse mis fuerzas, hasta no reconocer el lugar donde me encontraba, hasta derrumbarme en una esquina. La gente pasa a ambos lado sin mirar, sin querer mirar, sin querer ser participes de un dolor ajeno, están allí de forma ausente, espectros luminosos envueltos en color, sin corporalidad ninguna. Abrazada a mis rodillas dejé caer la cabeza entre ellas, mientras el dolor me atenaza, un dolor desgarrador, más profundo que cualquier dolor físico, es el dolor del alma, mortífero como puñales envenenados, candente como hierros al rojo. 

Noto la caricia de una suave brisa en el pelo, producto del revolotear de un abrigo de una señora envarada que pasa más cerca de mí que el resto de la multitud, una varada de perfume azota mi rostro con virulencia, el olor dulzón de la decadencia y la podredumbre se destaca poderosamente en el olor a humo y polución de la calle. La mujer me mira con desprecio y se aleja rápidamente, murmurando algo acerca de ‘’esta juventud de hoy en día’’ mientras que de vez en cuando, mira hacia atrás como si yo tuviese algún tipo de enfermedad contagiosa. 

Consigo levantarme tambaleándome, mientras que la gente se aparta de mí con la desaprobación pintada en sus rostros, rostros blancos como maniquíes inexpresivos, cuyo único rasgo en común es su apariencia humana. Sigo entonces corriendo, como si no hubiese parado nunca, apartando la marea de gente con mis manos, lucho contra ella para evitar ahogarme, intentan arrastrarme al fondo pero pataleo con la energía de la desesperación y por fin salgo a la superficie. Con la mirada extraviada de un animal acosado, busco un refugio en esta locura, en este caos. 

Mi mirada se detiene en un bar de mala muerte, las luces rojas de neón me guiñan, llamándome la atención. Me precipito al interior, mirando por encima del hombro, sin estar segura de que mis perseguidores hayan quedado atrás. El dueño del bar, un hombre mayor, con la cara surcada de arrugas y el grasiento pelo entrecano cayendo sobre uno de sus ojos, detiene su mirada sobre mí unos instantes, después prosigue con su tarea de secar un vaso con un trapo mugriento. Probablemente hay visto cosas peores a lo largo de su vida. Casi sin detenerme, entro en el baño y atranco la puerta con el pestillo desportillado de su lateral.

Respiro unos instantes, con la espalda apoyada en la desvencijada puerta antes de darme cuenta de que no estoy sola. Ella está aquí. Y me está mirando fijamente, con esa mirada que odio en lo más profundo, una mirada anti natural, con el brillo enfermo de los ojos de un animal rabioso. ¿Qué quieres de mi? - Le espeté - ¿no vas a dejarme en paz jamás? Ella esboza esa media sonrisa que tan bien conozco, una sonrisa entre burlona y melancólica, con un deje de amargura en la comisura, pero no dijo nada. ¡Respóndeme! – Grité casi fuera de mí - ¿Qué es lo que quieres que haga? Lo he intentado pero no puedo, por más que quiera, no puedo hacerlo, no puedo… Ella dejó de sonreír pero seguía conservando ese aire burlón, cínico, amargado, que tanto aborrecía. Lo sabes –susurré temblando- ya lo sabes, no soy como tú. Ella me miró con asombró, como si esa idea le resultara novedosa. No me mires así, ya lo sabías. ¡Por dios, deja de mirarme! ¡No soy como tú! ¡NO SOY TÚ! ¡DEJA DE MIRARME! y con un último alarido de rabia, que brotaba de lo más profundo de mi garganta, de mis entrañas, desgarrándome de dentro hacia fuera, quemando como la ponzoña, como el ácido, arremetí contra mi propia imagen en el desvaído espejo, el cual se quebró en mil pedazos diamantinos, con mi reflejo mirándome con reproche desde cada uno de ellos mientras que, entre el estruendo de cristal roto, un agudo lamento se abrió paso entre el humo y la polución de la ciudad hasta el fresco cielo nocturno, vigilado por un plateado ojo inquisitivo.


Kira =^.^=

''Olvidando todo el dolor dentro
Has aprendido a esconderlo tan bien
Pretendiendo que alguien más venga
Y te salve de ti mismo
No puedo ser quien tú eres''

- Linkin Park : Leave out all the rest -

martes, 4 de octubre de 2011

¿El cielo es el límite?

Hoy, sentada en el suelo de mi habitación, con la espalda apoyada cómodamente en la pared, miré por mi ventana. Es una hermosa ventana, con un intricado diseño laberíntico cubierto por una cascada de frondosa y refrescante hiedra. Entre su negro diseño asomaba con timidez un pedazo de cielo, de un azul radiante, sin nubes que lo ocultasen, como un zafiro engarzado en el collar del horizonte. Contemple ese fragmento de cielo y pensé. Pensé cuantas civilizaciones han vivido bajo este mismo cielo azul. Pensé en los países que viven bajo este mismo cielo azul. ¿Habrá alguna otra persona mirando a este cielo y pensando lo mismo que yo? 

Entonces, soñé con ser alada. Mirar desde las alturas y estar a la vez en todas partes y en ninguna. ¿y por que el cielo es el límite? Poder volar más allá del cielo, llegar al espacio. Ver Marte, rojo como un crepúsculo. Ver la Luna y el Sol brillantes. Poder ver la Vía Láctea, blanca como las nubes. Visitar otros planetas (¿habrá vida?) Si la hubiera, ¿se preguntaran esto mismo? (¿Habrá alguna otra persona en otro planeta pensando lo mismo que yo?) Volar por la infinidad del espacio y no aburrirme jamás. Y por fin, llegar al límite del universo y no llegar nunca, el universo en continua expansión. ¿Habrá un cielo más allá del universo? Y si es así, ¿habrá alguna otra persona contemplando ese cielo y pensando lo mismo que yo?


Kira =^.^=

'' El universo es cambio; nuestra vida es lo que nuestros pensamientos hacen de ella ''

- Marco Aurelio -

viernes, 30 de septiembre de 2011

El tirano

- Bueno Wilson, entonces usted lo consiguió ¿verdad?, ¿logró viajar en el tiempo con el artilugio que construyó?
- Claro qué sí, mi buen amigo Robert, viajé ni más ni menos al siglo veintiuno.
- Oh, qué cosa más sorprendente, me deja usted anonadado Wilson, jamás pensé que una cosa tal fuese posible.
- Bueno, Robert, no le explicaré los detalles técnicos puesto que soy consciente que usted es un apócrifo en esta materia y no haría más que aburrirle con mi disertación, pero sí, digamos que con una serie de factores y tecnologías, el viaje en el tiempo es posible.
- Y cuénteme Wilson, ¿cómo es el futuro? ¿es muy diferente de nuestra época?
- Bueno, digamos que hay cosas sorprendentes, fantásticas, maravillosas y, en gran parte, su funcionamiento o utilidad son total y absolutamente incomprensibles para mí. Asimismo, otras cosas siguen siendo tal y como las conocemos ahora, su apariencia física puede haber mutado mas su esencia permanece.
- Creo que no le sigo Wilson, ¿a qué cosas se refiere usted?
- Bueno, le pondré un ejemplo: Hablemos de un tema vulgar como es la comida. Quizás haya alimentos de extraño aspecto que, sin embargo, en ese tiempo son de consumo frecuente. Las personas cuentan con extraños aparatos que les permiten cocinar sus alimentos de una forma más rápida y eficiente de cómo lo hacemos nosotros con la tecnología con la que contamos, sin embargo, no han superado la necesidad fisiológica que impera, el mismo hecho de necesitar comer ¿Me sigue Robert?
- Con exactitud Wilson, su planteamiento es transparente.
- Es cierto que, en esa época existen invenciones extrañas, e incluso extravagantes. Pienso que, en el futuro, crearemos no por el hecho de mejorar nuestra realidad, si no para satisfacer hasta los más insignificantes deseos, lo que me lleva a pensar que habrá un detrimento en la actividad intelectual puesto que se promueve la pereza y el conformismo.
- ¿Por qué piensa así? Quizás, si la humanidad crea invenciones que le permitan sustraerse a las obligaciones más cotidianas y monótonas, posea más tiempo libre para expandir su intelecto y concentrarse en cosas más transcendentes.
- Podría ser, estimado amigo, si yo no hubiese observado el invento más extraño y extravagante que jamás pueda imaginar.
- ¿De qué se trata?
- Se trata de un curioso artefacto, que suelen llevar prácticamente en su totalidad todas las personas. Lo he visto de diferentes formas, colores y tamaños, pero en esencia su funcionamiento es el mismo. Este aparato actúa de la misma forma que un gobernante autoritario: ordena a las personas cuando deben comer, cuando deben dormir, cuando deben ir a por sus hijos a un edificio donde otros adultos los vigilan y los instruyen, cuando deben ir a trabajar y cuando deben salir. Cuando deben despertarse, cuando tienen que vestirse, cuando tienen que lavarse y cuando deben de ir a comprar. Las personas en ese tiempo no tienen la menor libertad para comportarse o hacer lo que desean puesto que, un desobedecimiento de esas órdenes, conlleva el desprecio manifiesto en el resto de personas por un invisible aunque existente consenso.
- ¡Dios mío! ¡Entonces deberíamos intentar evitar a toda costa la creación de dicho invento, para salvaguardar los intereses de toda la humanidad! ¿y cómo es dicho invento y que nombre le dan?
- Ese artilugio tiene la forma de un grillete sin la correspondiente cadena, su aspecto es irónicamente apropiado puesto que coarta la libertad de las personas pero de una forma aparentemente invisible. El nombre que le dan a dicho aparato es ‘’reloj’’.
- ¡Qué horror! ¡Un aparato tan escalofriante y sin embargo, posee un nombre tan vulgar!

Kira =^.^=


'' Somos prisioneros del tiempo y esclavos de la eternidad ''



jueves, 29 de septiembre de 2011

Qué tontería

Oscuridad. Detrás de mis cerrados párpados sólo oscuridad. Me asaltó una duda relampagueante. ¿Por qué oscuridad y no luz? La oscuridad nos protege. La luz nos ciega. La oscuridad y la luz son muy diferentes - razoné. Qué tontería.


¿Qué me ha despertado? Abrí los ojos lentamente. Brisa. Una suave brisa sopla en la habitación. Una sombra cruza fugazmente la ventana. Es la hiedra, mecida por el viento, mientras sus hojas chasquean complacidas. Un súbito escalofrío cruza mi espalda. Me arrebujo más en la suave calidez de las sábanas, que me reconfortan. Rosas. Una fragancia de rosas llena la habitación, enroscándose en los cortinajes, acariciando mi rostro y elevándose hasta morir en la lámpara de araña.

¿Qué me ha despertado? Otra vez la sombra cruza la ventana. La hiedra. No. Esta vez la sombra está dentro. A la luz de la Luna, parece estar hecha de la más negra oscuridad. Siento miedo. Miedo hacia esa sombra. Ella me observa (¿Las sombras tienen ojos? Que tontería). Dos esmeraldas refulgen en la noche. Se acercan. Verde. El verde me mira desde un costado de la cama. Una mano, que parece estar hecha de la más profunda oscuridad se acerca a mi rostro. (¿Las sombras tienen manos? Que tontería) y me acaricia el cabello, en amplio abanico deparramado en la almohada. La sombra se inclina sobre mi y acerca su rostro al mío (¿Las sombras tienen rostro? Que tontería). Suavemente deposita un beso en mis labios, un beso que parece estar hecho de la más tenebrosa oscuridad.

La sombra me mira (sus esmeraldas) largo rato y lentamente se va desvaneciendo mientras yo abro los ojos. La habitación está vacía, solo llena por el perfume de las rosas y el sonido de las hojas de la hiedra. Me acurruco en las cálidas sábanas y empiezo a dormirme.
Pero antes de caer en la inconsciencia, una imagen (una estrella de siete puntas) acompañada de un fugaz pensamiento se cuela en mi mente. Quizás la oscuridad y la luz no sean tan diferentes.


Vaya tontería.

Kira =^.^=

'' La oscuridad no es más que la ausencia de luz, no lo contrario de la luz ''

- Terry Pratchett -