jueves, 28 de marzo de 2013

La prosa más triste

Niebla profunda y fría,  alquitranada, espesa. Corrosiva como el ácido, benigna como el litio. Un pesado manto de niebla del averno, que apenas deja pasar los rayos de una luna fría y distante.

El viento, repentino, violento, la obliga a huir. Reclama como suyo aquel viejo barrio industrial. Silba con fuerza y aúlla por las calles. Ese aullido animal, primario, ese aleteo de alas monstruosas, que despierta instintos paleolíticos aletargados, esconderse más al fondo de la cueva para protegerse temblando, para no sufrir la ira de ese extraño dios extraterrestre[1].

Chapa corroída, óxido anaranjado, suciedad, kippel[2]. Decadencia, corrupción. Ventanas reventadas, dinteles vacíos que protestan en una eterna mueca torcida. Paredes que amarillean en las rectamente antinaturales calles, que llenan los vacíos entre las grandes naves industriales medio derruidas. Una de ellas tiene trazas de haber padecido un incendio en su interior. Los maderos, chamuscados y ennegrecidos, parecen garras retorcidas que quieran arañar el cielo nocturno. Un papel solitario es arrastrado por la fuerza del viento de un lado a otro, por un enorme solar yermo, en cuyos bordes hay alguna escuálida brizna de hierba de color grisáceo. Ni las ratas podrían considerar este lugar como su hogar. Ni siquiera la naturaleza vuelve a reclamar este territorio arrebatado por los humanos para sí de nuevo.

Es curioso. Si observáramos el lugar desde una perspectiva aérea, la zona tiene una grafía peculiar, una forma distintiva muy concreta. Parece que estuviésemos observando un alma humana.

La oscuridad de la noche prevalece al fin, ayudada por el silbido del viento que arrastra los últimos jirones de niebla, deshaciéndolos. Lo que quedaba era un mundo esquelético, de rocas y luz de luna[3].

La noche, esa noche del alma, tiene una peculiaridad. Y es que ni siquiera un observador avezado sabría decir desde cuando es de noche. Incluso casi se podría decir que jamás había habido día, aunque nuestra lógica nos diga que eso es imposible. ¿Esta noche era, pues, eterna y perenne, presente desde siempre? ¿O quizás la oscuridad se adueñó tiempo ha, de esta dimensión eterna?

Alguien dijo alguna vez ‘’Puedo escribir los versos más tristes esta noche’’[4]. Y al fin le comprendí, entendí que quería expresar con esas palabras.

Porque yo no soy poeta y no se escribir versos, pero si se que sería capaz de escribir la prosa más triste en esta noche.

Kira =^.^=

[1] Referencia al dios extraterrestre Cthulhu, creación de H P Lovecraft
[2] Concepto del escritor Philip K Dick de su novela ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? 
''Kippel son los objetos inútiles, las cartas de propaganda, las cajas de cerillas después de que se haya gastado la última, el envoltorio de un chicle o el diario del día anterior. Cuando no hay gente, el kippel se reproduce [..] el kippel expulsa el no-kippel [...] nadie puede ganar al kippel, a no ser, quizás, de forma temporal y en un punto determinado, como mi apartamento, donde he conseguido un equilibrio entre kippel y no-kippel, al menos por ahora [...]''
[3] Aldous Huxley; Un mundo feliz
[4] Pablo Neruda; 20 poemas de amor y una canción desesperada, poema XX

''Ella estaba en ruinas como Roma, y ardía por dentro como la propia Troya''