miércoles, 30 de noviembre de 2011

Cheshire

Me desperté en la sala de suelo ajedrezado. La habitación no tiene ventanas pero si miro hacia arriba se distingue el lejano brillo del sol. En la ornamentada mesita de en medio, se encuentra como de costumbre, una tetera humeante y una bandeja con dos pasteles. Me sirvo una taza de té y la bebo arrugando la nariz ante su amargo sabor. 


Veo aumentar el tamaño de las cosas a mi alrededor (¿O soy yo la que encojo?) y avanzo hacia la pequeña puertecita, situada en una de las paredes de la sala. Del colgante que llevo al cuello, cojo una llavecita dorada y la introduzco en la cerradura. Atravieso la puerta y esta se cierra sola detrás de mí. 

Cuando me giro, atrás ya no se encuentra la habitación ajedrezada, sino que estoy en las lindes de un frondoso bosque. Una fina columna de humo color índigo se eleva por encima de las copas de los árboles. Me encamino hacia el centro del bosque y me encuentro delante de una gigantesca seta de colores brillantes. Encima de ella está mi amiga La Oruga. 

- Hola – Saludé - ¿Sabes dónde está el Gato? 

- Entiendo que quieres decir que en qué lugar se encuentra en este preciso momento el Gato ¿No es así? – Espetó La Oruga dando una calada a su narguile. 

- Umm, pues eso es lo que te he preguntado ¿No? 

- No – Respondió La Oruga – Has preguntado que si sé dónde está El Gato. La respuesta a esa pregunta podría ser que está aquí, allí, en este mundo, en esta realidad, miles de opciones según el punto de vista. Sin embargo, deduzco que quieres verle por lo cual buscas el sitio concreto en donde se encuentra. 

- Emm, bueno si, lo que tu digas. ¿Sabes en qué lugar se encuentra en este preciso instante? 

- No – Dijo con indolencia La Oruga 

Furiosa, proseguí mi camino en búsqueda del Gato. Al poco de caminar, me encontré con el familiar sendero que lleva a la casa del Sombrerero. Allí, celebrando de manera ruidosa como de costumbre un No-cumpleaños, se encuentra el Sombrerero y la Liebre de Marzo. En una de las esquinas de la larga mesa del centro, flota etéreamente el Gato de Cheshire. 

- Hola Gato, te andaba buscando. 

- Pues ya me has encontrado – Respondió él – Eso si en realidad soy el Gato y no una trampa de la Reina Roja para atraerte hasta aquí. 

- Dudo que seas una trampa, pareces muy real. 

- Querida, si fuese una trampa, estaría diseñada para no parecer una trampa. Una trampa que parece una trampa pierde toda su finalidad lógica, ya que sabes que es una trampa y no te acercas, digamos que se convertiría en una No-trampa porque no cumpliría la misión para la que fue creada y, por tanto, no sería una trampa. Una trampa que no parece una trampa te haría caer en ella y, por tanto, cumpliría su principal objetivo. Podríamos decir entonces que todo en el mundo podría ser una trampa, menos las trampas que aparentan ser trampas, que puede que no sean trampas. Vivimos en un mundo peligroso querida niña. 

- Emmm pues sí, creo que tienes razón. ¿Cómo me podría cerciorar de si eres una trampa o no? 

- La respuesta es fácil, tienes la opción de irte y, por lo cual si soy una trampa, no caerías en ella, no cumpliría mi misión y me convertiría en una No-trampa, por tanto dejaría de existir y no tendría sentido que me buscases más. Si te vas y no era una trampa, pierdes la oportunidad de hablar conmigo. O también puedes acercarte y comprobar si caes o no en alguna trampa. En el caso de que cayeses, soy una trampa que no parecía una trampa, lo cual es malo para ti. En el caso de que no cayeses en nada al acercarte, deduciríamos que, ni parecía una trampa, ni soy una trampa lo cual es bueno para ti porque sería muy raro caer en una trampa que no es una trampa ¿No crees? En todo caso, creo que tu mejor opción es arriesgarte. 

Me acerqué al Gato con un poco de recelo pero no sucedió nada. 

- Bien querida, ya hemos comprobado que, por lo menos por ahora, no soy una trampa –Sonrió burlón- ¿Qué se te ofrece? 

- Bien Gato, tengo una pregunta que hacerte. ¿Cómo sé cuando estoy dormida y cuando estoy despierta? ¿Cómo puedo diferenciar la realidad de los sueños? 

- Difícil cuestión sin duda –Respondió El Gato – Pues la verdad, es que creo que es imposible. 

- Pero verás, sabes que vivimos entonces entre esos dos mundos, el de la realidad y el del sueño. Si en uno de ellos me dicen que el otro es el del sueño ¿Debo creerlo? 

- Si en el mundo que tú llamas el del sueño te dice que el otro es el del sueño, ¿Debes creer eso? 

- Pues no, ¿Por qué tengo que creer eso si es mentira? 

- Pero ahí radica la cuestión. Si no sabes cuál es el sueño y cuál es la realidad, en cualquiera de los dos mundos en que alguien o algo te diga que el otro es el de sueño, ¿Cómo creerle si no sabes si te encuentras en el sueño o en la realidad? 

- Umm – Reflexioné unos instantes – Tienes razón aunque eso no ayuda a saber en cuál de los mundos me encuentro en cada momento. 

- Realmente – Dijo El Gato – No creo que sea posible saberlo con certeza. Debes de elegir. 

- ¿Elegir? 

- Sí, debes de decidir cual mundo será para ti el real y cuál será el del sueño. 

- ¿Y si me equivoco? 

- No podrás saber si estás equivocada, ya hemos quedado en que no puedes saber cuál es el real y el del sueño con certeza. Aunque también te digo que me disgustaría mucho ser parte de un sueño, la verdad. Me gusta existir. 

- A mí también me gusta que existas, Gato. Ya lo he decidido, está será la realidad, me caes bien. 

- Buena elección – Dijo El Gato mientras que se desvanecía en el aire – 

Me despertó el chirrido de la puerta metálica al abrirse. La luz del sol se filtraba entre los barrotes de la ventana, dando a mi pequeña habitación una tonalidad grisácea. La enfermera entró y me desató las correas. 

- Hora de la medicación – Dijo amablemente 

Me puso en la mano un vasito que contenía varías pequeñas píldoras de colores. Lo cogí y obedientemente me las tomé. Le enseñé la boca abierta a la enfermera que asintió con aprobación, me enganchó de nuevo las correas y se marchó. Me acerqué a la ventana y tiré las pastillas al patio, un arcoíris reluciente bajo el brillo del sol. La risa burlona del Gato resonaba en mis oídos. 

- Estoy soñando - Pensé

Kira =^.^= Dedicado a Eva María López

''Muchas veces habrás podido ver a un gato sin sonrisa pero nunca a una sonrisa sin gato''

- Gato de Cheshire, Alicia en el País de las Maravillas, Lewis Carroll -


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