jueves, 1 de marzo de 2012

La noche del mar

La oscuridad nos aterra, nos atemoriza. Es la ausencia de luz, la privación de uno de nuestros sentidos y el más fundamental. La noche oculta los objetos a nuestros ojos y esto es lo que nos asusta; No la oscuridad en sí, sino lo desconocido que acecha dentro de ella. Sin embargo, la noche de la superficie del mundo sólo afecta a la vista y hemos aprendido a combatir este impedimento. Encendemos una luz y alejamos la oscuridad.

La noche no afecta a nuestro sentido de la audición; los sonidos de animales, el susurro del follaje, el adormilado murmullo de las aves, ruidos de coches, de gente al pasar; Todo ello se detecta con facilidad, con mayor facilidad incluso que a la luz del día, ya que la noche parece agudizar los otros sentidos a cambio de entorpecer uno.

Sin embargo la oscuridad común no es nada comparada con las tinieblas de los profundos abismos del océano. La noche se desliza en silencio sobre la superficie del mundo como la sombra del ala de un ángel y es sencillamente eso, una sombra. Pero la noche del agua es diferente. La oscuridad del mar no es una sombra tendida ante nuestros ojos. La noche submarina es una entidad. Tiene peso, forma y sustancia. Sofoca el aliento de los pulmones. La noche del mar es eterna. Los rayos del sol no la pueden atravesar. Ninguna luz puede iluminarla. La noche del mar está viva. Multitud de criaturas pueblan la oscuridad y los humanos son intrusos en su dominio. El silencio, el peso, la vida de aquella oscuridad resultan opresivos, enloquecedores, exacerban la cordura y la razón porque ante todo…

La noche del mar es silenciosa

Kira =^.^=

''Podemos perdonar fácilmente a un niño que teme a la oscuridad,
la verdadera tragedia es cuando los hombres le temen a la luz''

- Platón -

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