viernes, 19 de diciembre de 2014

El último poeta

Flota en el aire. 

Poco a poco cae trémula, a veces sacudida por una tibia brisa que la hace desviarse unos centímetros de su destino final, que la espera paciente. 

Dispone de todo el tiempo del mundo, de toda la infinitez de la eternidad. 

Blanca, ingrávida, ajena a todas las cuestiones mundanas, a todas las incógnitas de la vida, sin dudar ni vacilar, como si hubiese nacido para ello y no hubiese nada en este mundo ni en ningún otro que la pudiese apartar de su destino. 

Los gatos maúllan enfervorecidos, en un frenesí feroz, mientras se disputan y se debaten por un ralo bocado de la escasa presa, claramente insuficiente para tantos. No hay ni pizca de civilización en esa animalidad, supervivencia y naturaleza en estado puro, afilados colmillos y puntiagudas garras descargando con saña golpes al vacío, a veces ocupado por otro cuerpo que maúlla angustiado y se aparta. 

Y, ajena a todo eso, como una estólida escultura de mármol, como un concepto o una idea abstracta, como un dios extraterreno, la pluma cae hasta alcanzar con un tenue susurro el suelo. Y se tiñe de carmesí.

A pocos metros la algarabía gatuna se disuelve y se escapa entre sombras a lamerse el hambre, el frío y la soledad en este mundo yerto y desolado. Siento envidia de ese pájaro. Me doy la vuelta y camino entre sombras, pensativo.

Sólo quedo yo, el último en nombre y en representación de una raza casi extinta, el ultimo individuo de una especie desaparecida. El último poeta, el ultimo ser humano, el último capaz de ensoñar, de abstraer y de reconocer la barbarie. 

Y con esa cruenta escena en la memoria, escribo con un dedo en el polvo, la la obra cumbre de mi vida, en tributo y memoria de algo que no existe ya, ni será recordado. 

"Una pluma ensangrentada en el refugio de los gatos me hace pensar en la vida desgarrada"

Mientras, el viento sopla entre huesos.

=^.^=

''Poesía es la unión de dos palabras que uno nunca supuso que pudieran juntarse,
y que forman algo así como un misterio.''

- Federico García Lorca -




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